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Hoy precisamente estaba pensado en las cosas que el Camino de Santiago nos aporta cada vez que lo realizamos, y son infinitas las emociones que uno vive, empezado por encontrarse a uno mismo, cosa que parece una tontería para muchos que nunca antes han hecho el Camino, pero en realidad es una valoración de un montón de cosas que en nuestra vida cotidiana no las vemos.
EL VALORAR aquello que nunca te paraste a pensar...
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Valorar el no estar solo porque siempre tienes a una persona que te tiende la mano, la sonrisa de una mujer mayor del pueblo, el ofrecimiento de agua cuando no la tienes, el abrazo de una persona que no conoces, el ser escuchado por una persona que nunca habías visto anteriormente...
Valorar las bellezas que la naturaleza nos ofrece con una salida o puesta de sol, esos parajes que desprenden ese olor a pura naturaleza y... un sin fin de anécdotas y trapisondas del camino.
Sin olvidar cuando regalas la manita de la Amistad y cuando ves la sonrisa de un niño o un peregrino. ES MARAVILLOSO!!!.